En nuestra búsqueda constante por desarrollarnos como líderes efectivos, es imprescindible abordar el tema de la autogestión. Si bien es importante gestionar y coordinar con otros, no podemos descuidar la necesidad de gestionarnos a nosotros mismos. En este sentido, quiero destacar la importancia de crear un contexto interno que nos permita dar significado a nuestras experiencias y pensamientos de una manera útil y productiva.
Comencemos por reflexionar sobre el lenguaje que utilizamos para referirnos a nosotros mismos. Con frecuencia escuchamos frases como “soy así” o “no soy disciplinado”. Sin embargo, es fundamental comprender que no somos definidos por nuestras características o comportamientos. Somos seres en constante evolución y cambio, y nuestra identidad va más allá de cualquier etiqueta que nos pongamos. En lugar de usar el lenguaje estático, es más útil adoptar una perspectiva dinámica y decir “estoy siendo disciplinado” o “estoy siendo consistente en esta actividad”.
Un elemento clave en la creación de un contexto interno efectivo es la atención. Nuestra atención es un recurso valioso y determina nuestra experiencia y enfoque. Es importante preguntarnos: ¿Hacia qué quiero dirigir mi atención? ¿Qué necesito para lograr lo que deseo? Al enfocarnos en nuestros objetivos y lo que queremos lograr, dirigimos nuestra atención de manera intencional y nos orientamos hacia la búsqueda de soluciones y resultados positivos.
Otra herramienta poderosa para la autogestión es descomponer los problemas en pedazos más pequeños y manejables. A menudo, tendemos a ver los problemas como algo abrumador y gigante. Sin embargo, al descomponerlos en partes más pequeñas, nuestra mente puede enfocarse de manera más ágil en la búsqueda de soluciones y la toma de decisiones efectivas.
“Cuando vemos un problema, lo vemos gigante porque NO lo fragmentamos”.
-Omar Salom-
El pensamiento consecuencia es otra herramienta valiosa que nos ayuda a evaluar el impacto de nuestros pensamientos. Al preguntarnos “¿Cuál será el efecto si sigo pensando de esta manera?”, podemos tomar conciencia de cómo nuestros pensamientos influyen en nuestras acciones y resultados a largo plazo. Si continuamos pensando de la misma manera, ¿cómo nos afectará en un año, dos semanas o incluso en cinco semanas? Esta reflexión nos permite evaluar si nuestros pensamientos actuales nos están llevando hacia donde queremos estar.
El “actuar como si” es una estrategia que nos invita a adoptar un estado de ánimo o actitud específica y observar cómo influye en nuestras interacciones y resultados. Si actuamos como si estuviéramos alegres o amables, podemos experimentar un cambio positivo en nuestra forma de relacionarnos y en los resultados que obtenemos.
Una pregunta poderosa que podemos hacernos es la del milagro. Imaginemos que ocurre un milagro durante la noche y al despertar nos encontramos actuando y pensando de manera diferente. Nos preguntamos: ¿Qué estaríamos pensando diferente hoy? ¿Qué estaríamos imaginando de manera distinta? ¿Qué estaríamos haciendo de manera diferente? Esta pregunta nos ayuda a visualizar el cambio y nos brinda pistas sobre las acciones y pensamientos que podríamos adoptar para lograrlo.
El auto-reporte es una herramienta valiosa para la autogestión. Consiste en tomar conciencia de nuestros pensamientos y emociones, sin juzgarnos ni tratarnos de manera negativa. Simplemente, observamos nuestros pensamientos y emociones con curiosidad y fascinación, anotando aquellos que nos resultan poco útiles. Este proceso de autoobservación genera cambios positivos en nuestra manera de reaccionar y nos permite ir modificando nuestra forma de ver el mundo.
“El auto-reporte nos da feedback inmediato y nos ayuda a modificar y a regular (usando la plasticidad cerebral) nuestra manera de ver el mundo”
-Omar Salom-
En resumen, la autogestión es esencial para el liderazgo efectivo. Crear un contexto interno que nos permita dar significado útil a nuestras experiencias y pensamientos es fundamental. Utilizando herramientas como dirigir nuestra atención, descomponer problemas, evaluar pensamientos, consecuencia, actuar como sí, hacer preguntas del milagro y practicar el auto-reporte, podemos fortalecer nuestra capacidad de autogestión y mejorar nuestros resultados en todas las áreas de nuestra vida.
Como dijo Henry Ford: «Si crees que puedes, tienes razón. Si crees que no puedes, también tienes razón». Nuestra manera de pensar y percibir las situaciones tiene un impacto significativo en nuestros logros y éxito personal.
En futuros artículos, continuaremos explorando más sobre la autogestión y su relación con el liderazgo efectivo. ¡Te invito a seguir reflexionando y creciendo juntos en este apasionante viaje de autodescubrimiento y desarrollo personal!