En nuestro constante proceso de reflexión sobre el liderazgo y el desarrollo personal, es fundamental explorar aspectos como los estados de ánimo, la comunicación con otros y la habilidad de no dejar pasar situaciones importantes. En este artículo, vamos a integrar estas tres ideas para comprender su relevancia en la gestión y el desarrollo ejecutivo.
Los estados de ánimo como señales para la acción
Los estados de ánimo y las emociones son señales que nuestro sistema nervioso nos envía, indicándonos que algo está ocurriendo y requiere nuestra atención. Es esencial comprender que las emociones no son ni buenas ni malas, sino energía metabólica que nos impulsa a tomar medidas. Por ejemplo, el enojo puede revelar la importancia de ciertos valores que no están siendo atendidos. Al reconocer nuestras emociones, descubrimos qué es significativo para nosotros y podemos abrir conversaciones con los demás para compartir nuestras perspectivas.
La importancia del significado de la comunicación
El significado de nuestra comunicación no radica solo en lo que queremos transmitir, sino en cómo es entendido por los demás. Solo cuando observamos y escuchamos las reacciones de los demás, podemos comprender cómo nos están experimentando. El liderazgo requiere flexibilidad conductual, considerando cómo utilizamos nuestro tono de voz, nuestras expresiones y nuestras palabras. Al ser conscientes de cómo somos percibidos, podemos adaptar nuestra comunicación para lograr una mejor interacción con los demás.
“Es importante recordar que: el significado de mi comunicación es lo que el otro entiende”.
Omar Salom
Aceptación de todas las emociones
Es importante darle la bienvenida a todas las emociones, reconociendo que no existen emociones buenas o malas, sino emociones útiles o poco útiles. Por ejemplo, sentir enojo hacia alguien no implica que debamos agredirlo, sino que debemos ser conscientes de esta emoción y actuar de manera adecuada. La clave radica en el espacio de libertad que tenemos entre el estímulo y la respuesta, donde podemos ejercer nuestra capacidad de liderazgo consciente.
“Ese espacio de libertad que tengo entre el estímulo y la respuesta es lo que me hace un líder consciente”.
Omar Salom
Hacerse cargo de la situación
Cuando miramos el problema como algo externo o cuando consideramos que el problema es el otro, en realidad estamos limitando nuestra perspectiva y dificultando la solución. En cambio, debemos asumir la responsabilidad de modificar nuestra propia forma de interactuar y generar una experiencia diferente con los demás. Esto no implica perder autenticidad, sino desarrollar la flexibilidad conductual necesaria para obtener resultados positivos en nuestras interacciones.
En la gestión y el desarrollo ejecutivo, es crucial prestar atención a los estados de ánimo, la comunicación y la habilidad de no dejar pasar situaciones importantes. Reconocer las emociones como señales para la acción nos permite abrir conversaciones valiosas con los demás, mientras que comprender el significado de nuestra comunicación nos ayuda a ajustar nuestro enfoque para lograr una mejor interacción. Aceptando todas las emociones y haciéndonos cargo de nuestras propias acciones, podemos ser líderes conscientes y generar resultados positivos en nuestros entornos laborales y personales.